El Manchester City de Haaland 'cañonea' a un Arsenal sin pólvora
Haaland, El Cyborg del gol | Fuente: Instagram @mancity |
Haaland sentencia al Arsenal en el Emirates Stadium
Noche exigua para un Arteta que cede la corona, momentáneamente, a su docente y maestro, Pep Guardiola. Erling Haaland, como adelantaban los preludios proféticos, acabó cañoneando al Arsenal. Promedia más de gol por partido con la camiseta cityzen, sin moverse. El Androide resuelve partidos, gana ligas. Es capaz de anotar un triple hat-trick en un Mundial sub-20. Onírico. Es poesía goleadora. Una máquina que, sin precedentes, está programada para facturar goles y liderar una estirpe al objetivo que se proponga o estipule. Dan igual, o eso parece, las vicisitudes que Haaland se pueda tropezar en el camino. Su sendero de gloria es grandilocuente, y él lo sabe; se caracteriza por saber hurgar en las heridas contrarias, es un vampiro sediento de gol, y se nota. El titán Braut no descansa.
Ha resuelto un partido con un remate certero al palo diestro de Ramsdale. Una carrera digna del medievo como celebración, y muchos récords que ya huelen a "Haaland". Devora partidos, fagocita rivales y mastica goles. ¿Hasta cuándo? Impredecible. Haaland recuerda a 2020, cuando 'aquel joven rubio del Salzburgo' maravilló a Europa y firmó con el Dortmund. Red Bull te da alas, y Haaland voló, creció y anotó 29 goles en 27 partidos. Hoy día, tras 60 millones, que quizá sea la compra más rentable y estratégica del fútbol moderno, Erling suma 32 en 29 encuentros con los mancunianos.
¿De qué pasta estás hecho, Haaland? El noruego maravilla a los aficionados. El balompié no es, en la mayoría de ocasiones, digno para poetas. Pero Haaland sí lo es. Es capaz de deleitar con goles: impregna a todo el planeta fútbol con sus destellos balompédicos. No se puede mermar el efecto Haaland, que ya destroza la Premier y agita la coctelera del mercado. No tiene precio, el gol se paga caro. Y Haaland es gol, fútbol y poesía. 0,83 goles por partido. Desde que debutó con el RB Salzburg, el Cyborg ha marcado 168 goles en 168 partidos. Hegemónico, idílico, voraz y perspicaz. Una perspicacia goleadora que le hará alzarse como el mejor '9' del próximo lustro... o década. El timón del futuro, la brújula divide-caminos, el Moisés que separará las aguas. Haaland es astuto y sabe que las rachas son sus mejores compañeras.
Su saco goleador donde aguarda récords, promedios y estadísticas es digno de exponerse en una Cátedra de Arte sacro. El lírico del gol catapulta al City a por su quinta Premier League en seis años. 26 goles. Veintiséis delicias balompédicas. Un péndulo, isócrono. Tan regular que asusta. Sean bienvenidos a la 'Era Haaland', donde los goles son tan ingentes que pierden valor. Apabullantes datos que merodean la órbita del noruego, que le ensalzan. El Olimpo le espera, y el Atlas del gol se aproxima. Cincel, mar y Mundo. Destellos de cometa. Un cometa que tiene un plan: transformar al Planeta Fútbol.
Haaland es un axioma deportivo y su techo parece no encontrar límite. Se excede de toda lógica. Erling será recordado por muchos como el Carnicero cityzen, el delantero más dañino que habrá cabalgado por césped británico. Un pirata de Ultramar que con sus remates bate metas, golea y propicia derrotas. Los rivales aún no han encontrado la vacuna anti-Haaland. Se dice que las curas para enfermedades son difíciles de hallar, puesto que el tiempo es limitado y la medicina no debe correr. La pandemia Haaland, la marabunta del gol, se expande y se globaliza cada vez más. Cuando se consiga encontrar remedio científico, habrá sido ya demasiado tarde. La ciencia no habrá sido capaz de descifrar el algoritmo de la pantera noruega, con el que las gráficas se tuercen y el fútbol se 'poetiza'.
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